VÍA DE LA PLATA
Fue un acierto quedarme en ese pequeño pueblo, buen Bar-Restaurante y buen albergue, trato familiar por parte de la persona que gobierna el complejo, le pedí si podía coserme un bolso del pantalón, y claro que lo hizo, ambiente de mundo rural al cual estoy habituado.
Esa noche llovió, por fin, escuchaba el sonido que producía el agua contra los cristales, contra el suelo... era gloria bendita lo que estaba cayendo, pero sabía por la predicción meteorológica que las aguas iban a ser modestas. Pero.. mejor es poco que nada.
Había charcos en la calle.., una imagen inusual, un elemento que refresca, que se contrapone al calor vivido, sufrido hasta ahora. El pequeño viento cimbrea los alevines de árbol que el ayuntamiento ha plantado en los alrededores del albergue.
Antes... una visión del interior del albergue para conocer su ámplitud, su limpieza. Había otra habitación, en esta dormimos los tres, al fondo Jean Pierre y la joven alemana. En un momento de otro día, me comentó Jean P. que él se había cambiado a la otra habitación durante la noche, se reía pero no me dijo por qué. Cosas que se hacen y pasan.
Primer escaparate saliendo del pueblo.
Una mirada atrás para ver por última vez las casas de El Carrascalejo.
Este es el perfil de la etapa de hoy, otros muchos habrían hecho esa etapa Mérida-Alcuéscar en un día, el de ayer. Yo la haré en dos.
Aunque esta zona está fuera de la comarca Tierra de Barros, aun se ven viñedos de la uva Ribera del Guadiana.
Aljucén está muy cerca de El Carrascalejo, menos de 4 km, en un pequeño valle del terreno casi plano. Una nube con agua me recibe, nos recibe, la joven alemana va por delante.
Por primera vez el paraguas cumple la misión implícita en su nombre, hasta ahora había sido un espléndido parasol.
Aljucén. Último pueblo de la provincia de Badajoz en la Vía de la Plata. Forma parte del Parque natural de Cornalvo, en la parte más occidental del mismo.
Un panel informativo me dice que estoy en el Parque natural de Cornalvo, una extensa área protegida de 11.600 ha., terreno de relieve suave sembrado de encinas y alcornoques, interrumpido por las alineaciones montañosas de Sierra Bermeja y Sierra del Moro. Leo que en el interior de ese parque se halla el embalse de Cornalvo, romano como el de Proserpina, construido en el mismo periodo y con el mismo fin de llevar agua a la antigua Augusta Emérita.
Pasan las nubes de agua y sale el sol. Avivan los colores, la temperatura exterior es óptima, el cuerpo está descansado... no hay ofertas mejorables.
Coincido con la joven alemana durante esta parte del trayecto y aprovechamos para hacernos fotos caminando.
Las fotografias son fieles testigos de la belleza que me regalaba la naturaleza.
Estoy ya en la provincia de Cáceres, atrás han quedado las provincias de Huelva y Badajoz, y unos 251 km.
Fue un acierto quedarme en ese pequeño pueblo, buen Bar-Restaurante y buen albergue, trato familiar por parte de la persona que gobierna el complejo, le pedí si podía coserme un bolso del pantalón, y claro que lo hizo, ambiente de mundo rural al cual estoy habituado.
Esa noche llovió, por fin, escuchaba el sonido que producía el agua contra los cristales, contra el suelo... era gloria bendita lo que estaba cayendo, pero sabía por la predicción meteorológica que las aguas iban a ser modestas. Pero.. mejor es poco que nada.
Había charcos en la calle.., una imagen inusual, un elemento que refresca, que se contrapone al calor vivido, sufrido hasta ahora. El pequeño viento cimbrea los alevines de árbol que el ayuntamiento ha plantado en los alrededores del albergue.
Antes... una visión del interior del albergue para conocer su ámplitud, su limpieza. Había otra habitación, en esta dormimos los tres, al fondo Jean Pierre y la joven alemana. En un momento de otro día, me comentó Jean P. que él se había cambiado a la otra habitación durante la noche, se reía pero no me dijo por qué. Cosas que se hacen y pasan.
Primer escaparate saliendo del pueblo.
Una mirada atrás para ver por última vez las casas de El Carrascalejo.
Este es el perfil de la etapa de hoy, otros muchos habrían hecho esa etapa Mérida-Alcuéscar en un día, el de ayer. Yo la haré en dos.
Aunque esta zona está fuera de la comarca Tierra de Barros, aun se ven viñedos de la uva Ribera del Guadiana.
Aljucén está muy cerca de El Carrascalejo, menos de 4 km, en un pequeño valle del terreno casi plano. Una nube con agua me recibe, nos recibe, la joven alemana va por delante.
Por primera vez el paraguas cumple la misión implícita en su nombre, hasta ahora había sido un espléndido parasol.
Aljucén. Último pueblo de la provincia de Badajoz en la Vía de la Plata. Forma parte del Parque natural de Cornalvo, en la parte más occidental del mismo.
Un panel informativo me dice que estoy en el Parque natural de Cornalvo, una extensa área protegida de 11.600 ha., terreno de relieve suave sembrado de encinas y alcornoques, interrumpido por las alineaciones montañosas de Sierra Bermeja y Sierra del Moro. Leo que en el interior de ese parque se halla el embalse de Cornalvo, romano como el de Proserpina, construido en el mismo periodo y con el mismo fin de llevar agua a la antigua Augusta Emérita.
Pasan las nubes de agua y sale el sol. Avivan los colores, la temperatura exterior es óptima, el cuerpo está descansado... no hay ofertas mejorables.
Coincido con la joven alemana durante esta parte del trayecto y aprovechamos para hacernos fotos caminando.
Una enorme vacada viene por el camino, son vacas negras, pudiera venir algún toro con ellas, se que no pueden ser bravas, estarían cerradas y no caminando libremente por la vía, pero... confieso que no quedé tranquilo hasta que no las dejé detrás. Yo me tuve que apartar, por supuesto. En el video que incluyo en esta etapa se aprecia mejor el momento que me crucé con ellas.
Las fotografias son fieles testigos de la belleza que me regalaba la naturaleza.
Desde un pequeño alto echo la vista atrás, allá queda la provincia de Badajoz y parte del Parque natural de Cornalvo.
En un terreno pedregoso y con algo más de elevación, encuentro una piara de cerdos negros.
Están preferentemente en el camino, ozando la tierra y piedras, no se qué alimento pueden encontrar allí, la falta de comunicación con ellos me impide encontrar una respuesta, jejeje.
Aljucen y el Parque natural de Cornalvo estaba a una altura de 250 m. Poco a poco el terreno se vuelve ascendente y pedregoso, con una vegetación de jara que no hay ningún animal que la coma.
Suavemente ascendemos hasta 500 m en Alcuescar, el cuerpo no acusa esta prolongado y leve ascensión. Hay pequeñas sierras a ámbos lados de la Vía que contribuyen al cambio del paisaje.
Más allá de Alcuescar, que ya está a tiro de piedra se aprecia otra sierra, es la Sierra de Montáñez, hasta allí no llega la Vía, esta quedaría en el este.
En La Casa de la Misericordia, regida por la Comunidad Religiosa de los Esclavos de María y de los Pobres, han reservado un espacio para acoger a los peregrinos. Un hospitalero voluntario administra la acogida que consta en cenar y dormir.
Dispone de dos habitaciones individuales y otra con varias literas. El hospitalero tiene la deferencia de reservar las individuales a las personas mayores, y así estas fueron para el belga Jean Pierre y para mi, jeje.
Estoy ya en la provincia de Cáceres, atrás han quedado las provincias de Huelva y Badajoz, y unos 251 km.
Vídeo fotográfico de la Etapa
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