VIA DE LA PLATA
En el albergue dormimos los mismos que lo habíamos hecho en Cásar de Cáceres, excepto un alemán que se había quedado porque no se encontraba bien y quería descansar, "mal sitio para descansar, pensé, y peor estando malo". Continuamos viéndonos y comentando las habituales cosas de los Caminos, y con las limitaciones de no saber ni inglés ni francés, los idiomas más frecuentes del Camino, salvo pequeño vocabulario y construcción de frases, y nadie supo responder qué sabían de alemán. Habitualmente cuando caminas unos días con las personas acostumbramos a darnos los num. de teléfonos.
Yo dormí con Lucas, el gaditano, había sido el primero en llegar al albergue, había varias habitaciones de 6 literas y fuimos a la que nos otorgó el hospitalero o responsable, mejor, del albergue.
Una mirada al exterior por la ventana tan a mano, después de levantarme de la litera.
Las aguas del embalse, alejadas de la orilla del máximo nivel.
El cielo con nubes y claros.
Será un buen día para caminar.
Las aguas del embalse, alejadas de la orilla del máximo nivel.
El cielo con nubes y claros.
Será un buen día para caminar.
La etapa de hoy no es larga, y a juzgar por el perfil que nos enseña Gronze.com no va a ser plana como las anteriores, aunque no mucho.. algo sí voy a tener que subir, mejor, más entretenimiento.
Veremos.
Veremos.
Nada más comenzar, caminados los 600 m hasta la nacional desde el albergue y cruzada ésta, la flecha me dirije a un camino de pizarra negra, entre matorrales, que picaba para arriba. No es fuerte pero contrasta con la planicie de la que venía.
Disfruto observando lo que la naturaleza me ofrece, una visión más ámplia del embalse en la zona en la que éste es más ancho, el trazado de la nacional, hoy vacía por la presencia próxima de la autovía, pero otrora llena de vehículos pues no había otro trazado por el que discurrir al sur o al norte por la cara oeste de España. Leo en el panel de información algo que ya había comentado en la etapa de ayer, quien construyó este embalse, la producción eléctrica en la presa, los daños ocasionados por la inundación, etc.. la flora y la fauna.
Sigo la Vía por una senda abrupta, de mucha piedra, abierta por terreno de matorrales, retamas de escobas, aislados pinos.
Un corral de ovejas estabuladas, miran mi paso. He sido el primero en salir del albergue, más tarde vendrán los demás.
Ya estoy arriba en la meseta, 350 m., por la que transitaré hasta el pueblo próximo de Cañaveral, por ella está trazada la vía del AVE, mirando por mi dcha. hacia atrás veo el viaducto sobre el Tajo.
Durante más de 1 hora la Vía transita paralela a la del AVE, incluso la cruza en dos ocasiones. Esta vista nos enseña como es la meseta, solo el gris de la vía férrea y de servicio rompe la monotonía de los tonos amarillo y verde suave de las secas hierbas y retamas escoba. Al fondo, envuelta en nubes aparece la Sierra del Arco que he de cruzar, y en cuya falda se encuentra Cañaveral, por donde he de pasar.
Cruzo por el medio de una ámplia finca de vacas negras. Las veo pasivas como las de Casar, sin pasto y a la espera de que los ganaderos las traigan las alpacas de paja.
En el otro lado y aislado, un ejemplar grande de macho, (por la falta de vallas de seguridad dudo que sean bravos) mientras rumia observa con indiferencia mi caminar.
Unos 2 km después, otra ganadería, en este caso de vacas de colores mixtos, no se si de razas también. La lluvia vueve a mojarme, es suave y será muy bien bienvenida por los ganaderos, es mucha la falta de agua. También la agradecemos quienes caminamos, no olvidamos la sequía y los calores vividos por abajo, especialmente en el Camino del Sur, allá por Aracena y el otro Cañaveral, el de León.
Sigo la Vía por una senda abrupta, de mucha piedra, abierta por terreno de matorrales, retamas de escobas, aislados pinos.
Un corral de ovejas estabuladas, miran mi paso. He sido el primero en salir del albergue, más tarde vendrán los demás.
Ya estoy arriba en la meseta, 350 m., por la que transitaré hasta el pueblo próximo de Cañaveral, por ella está trazada la vía del AVE, mirando por mi dcha. hacia atrás veo el viaducto sobre el Tajo.
Durante más de 1 hora la Vía transita paralela a la del AVE, incluso la cruza en dos ocasiones. Esta vista nos enseña como es la meseta, solo el gris de la vía férrea y de servicio rompe la monotonía de los tonos amarillo y verde suave de las secas hierbas y retamas escoba. Al fondo, envuelta en nubes aparece la Sierra del Arco que he de cruzar, y en cuya falda se encuentra Cañaveral, por donde he de pasar.
Cruzo por el medio de una ámplia finca de vacas negras. Las veo pasivas como las de Casar, sin pasto y a la espera de que los ganaderos las traigan las alpacas de paja.
En el otro lado y aislado, un ejemplar grande de macho, (por la falta de vallas de seguridad dudo que sean bravos) mientras rumia observa con indiferencia mi caminar.
Unos 2 km después, otra ganadería, en este caso de vacas de colores mixtos, no se si de razas también. La lluvia vueve a mojarme, es suave y será muy bien bienvenida por los ganaderos, es mucha la falta de agua. También la agradecemos quienes caminamos, no olvidamos la sequía y los calores vividos por abajo, especialmente en el Camino del Sur, allá por Aracena y el otro Cañaveral, el de León.
Cada minuto que pasa, cada paso que doy, veo más cerca Cañaveral, allá en la falda de la Sierra.
La variedad del terreno no existe, se asoma la autovia de la Ruta de la Plata y los charcos de agua testifican la presencia de la lluvia que ha habido.
Miro a la Sierra pensando por donde pasaré, no es difícil la respuesta, el cubo representativo de la Vía de la Plata señala con sus dos colores amarillo y azul-verde que ésta está sobre la calzada romana, los ingenieros romanos al igual que los peregrinos por donde cruzan las sierras?, por los collados más bajos. Allá a la dcha. e izda. del pueblo se aprecia una cota más baja, luego.. seguro que por allí pasaré.
Va dando la cara el pueblo, son las 11 h., toca una bajada pronunciada y peligrosa por las piedras mojadas.
El punto más bajo al cruzar un arroyo por el puente medieval conocido por el de San Benito. Ahora una corta pronunciada subida hasta la N-630 por la que entro en el pueblo.
Allí me entretengo dialogando con un peregrino español que hace la Vía en bicicleta, junto a una de las fuentes, mientras me adelantan los compañeros que venimos coincidiendo en las últimas etapas.
En una de las cafeterias del pueblo, junto a la carretera, nos reencontramos tomando un café y unos buñuelos que todos nos supieron a gloria. Un canadiense, una alemana, dos españoles y un húngaro. El Camino es universal, es un espacio donde puedes coincidir con gente de todo el mundo. A la joven alemana la conoci en el albergue de El Carrascalejo, venía con Jean Pierre, éste debe venir una etapa por detrás. Al canadiense, a Lucas el gaditano y al húngaro los conocí en el albergue de Alcuéscar. La joven terminaba hoy su Vía de la Plata, tomaría un tren que la acercara a Madrid para volar a su pais. Volverá aquí para continuar, cuando lo haga donde estaremos cada uno de nosostros?, pues en otro Camino, en otro lugar, quien comienza estas aventuras vuelve a reiniciarlas cuando tenga oportunidad.
Después del descanso y relax con los compañeros del Camino, yo parto a la Vía. Me gusta caminar solo. La Sierra del Arco me espera. Miro hacia atrás y veo los tejados rojos de Cañaveral y allá, lejos, se distingue perfectamente otro viaducto del AVE. Madre mía, el coste tan elevado que tiene que resultar el trazado, y éste es teoricamente por un terreno con poco desnivel.
Ya está aquí la Sierra, más a mano después de cada paso. Y como se preveía y ocurre en el cruce de todos estos accidentes geográficos éste se hace por el nivel más bajo. En este lugar se hará por el llamado Puerto de los Castaños que puede identificarse en la fotografía.
El desnivel a superar es solo de 100 m pero en pocos metros, el desnivel es fuerte. Sienta bien poner a trabajar a los cuádriceps y los gemelos.
Subiendo... una mirada para abajo..
..y una mirada para arriba. Aparecen las coníferas, no se desde cuando no las veo.
El esfuerzo físico obliga al cuerpo a hacer aspiraciones más fuertes, de más volumen, para recuperarle del esfuerzo. No solo agradece el oxígeno, también los nuevos olores que producen los nuevos guardianes del medioambiente.
Después del puerto, poco desnivel tengo que bajar para acceder a otra planicie, aquí aparecen los alcornoques para mezclarse con las coníferas, alcornoques grandes, viejos, heridos por el tiempo.
Jajaja, esto es real, el cubo lo indica, por aquí pasa la Vía de la Plata, aunque.. no la calzada romana, tiene solo el color amarillo, pero está cerrado a estas horas de la mañana. Han transcurrido solo 25' desde que pasé por el puerto.
Pronto vuelven a entremezclarse la Vía y la Calzada por dehesa privada de encinas-alcornoques.
Es un paseo de placer el camino de 3 km. aprox. por la dehesa. Los árboles van desapareciendo o disminuyendo, mejor dicho; el cielo se hace más grande. La flecha, el cubo, me introduce por un breve espacio arbolado, marcado por arroyos, que después de leve ascenso me lleva al pueblo de Grimaldo.
Pueblo pequeño estructurado a lo largo de la N-630, afortunadamente muy tranquila ahora por la autovía. El albergue municipal está ahí, la sombra de los árboles no le dejan ver la cara, está atendido muy bien por los propietarios del Bar colindante, donde puedes comer. Allí fueron llegando el resto de peregrinos que caminamos por las mismas etapas, Lucas el gaditano, el húngaro y el canadiense. A última hora llegó un "correcamino" italiano que hace diariamente un montón de kmts. Eramos 5 los que dormimos en Grimaldo.
Va dando la cara el pueblo, son las 11 h., toca una bajada pronunciada y peligrosa por las piedras mojadas.
El punto más bajo al cruzar un arroyo por el puente medieval conocido por el de San Benito. Ahora una corta pronunciada subida hasta la N-630 por la que entro en el pueblo.
Allí me entretengo dialogando con un peregrino español que hace la Vía en bicicleta, junto a una de las fuentes, mientras me adelantan los compañeros que venimos coincidiendo en las últimas etapas.
En una de las cafeterias del pueblo, junto a la carretera, nos reencontramos tomando un café y unos buñuelos que todos nos supieron a gloria. Un canadiense, una alemana, dos españoles y un húngaro. El Camino es universal, es un espacio donde puedes coincidir con gente de todo el mundo. A la joven alemana la conoci en el albergue de El Carrascalejo, venía con Jean Pierre, éste debe venir una etapa por detrás. Al canadiense, a Lucas el gaditano y al húngaro los conocí en el albergue de Alcuéscar. La joven terminaba hoy su Vía de la Plata, tomaría un tren que la acercara a Madrid para volar a su pais. Volverá aquí para continuar, cuando lo haga donde estaremos cada uno de nosostros?, pues en otro Camino, en otro lugar, quien comienza estas aventuras vuelve a reiniciarlas cuando tenga oportunidad.
Después del descanso y relax con los compañeros del Camino, yo parto a la Vía. Me gusta caminar solo. La Sierra del Arco me espera. Miro hacia atrás y veo los tejados rojos de Cañaveral y allá, lejos, se distingue perfectamente otro viaducto del AVE. Madre mía, el coste tan elevado que tiene que resultar el trazado, y éste es teoricamente por un terreno con poco desnivel.
Ya está aquí la Sierra, más a mano después de cada paso. Y como se preveía y ocurre en el cruce de todos estos accidentes geográficos éste se hace por el nivel más bajo. En este lugar se hará por el llamado Puerto de los Castaños que puede identificarse en la fotografía.
Subiendo... una mirada para abajo..
..y una mirada para arriba. Aparecen las coníferas, no se desde cuando no las veo.
El esfuerzo físico obliga al cuerpo a hacer aspiraciones más fuertes, de más volumen, para recuperarle del esfuerzo. No solo agradece el oxígeno, también los nuevos olores que producen los nuevos guardianes del medioambiente.
Después del puerto, poco desnivel tengo que bajar para acceder a otra planicie, aquí aparecen los alcornoques para mezclarse con las coníferas, alcornoques grandes, viejos, heridos por el tiempo.
Jajaja, esto es real, el cubo lo indica, por aquí pasa la Vía de la Plata, aunque.. no la calzada romana, tiene solo el color amarillo, pero está cerrado a estas horas de la mañana. Han transcurrido solo 25' desde que pasé por el puerto.
Pronto vuelven a entremezclarse la Vía y la Calzada por dehesa privada de encinas-alcornoques.
Es un paseo de placer el camino de 3 km. aprox. por la dehesa. Los árboles van desapareciendo o disminuyendo, mejor dicho; el cielo se hace más grande. La flecha, el cubo, me introduce por un breve espacio arbolado, marcado por arroyos, que después de leve ascenso me lleva al pueblo de Grimaldo.
Pueblo pequeño estructurado a lo largo de la N-630, afortunadamente muy tranquila ahora por la autovía. El albergue municipal está ahí, la sombra de los árboles no le dejan ver la cara, está atendido muy bien por los propietarios del Bar colindante, donde puedes comer. Allí fueron llegando el resto de peregrinos que caminamos por las mismas etapas, Lucas el gaditano, el húngaro y el canadiense. A última hora llegó un "correcamino" italiano que hace diariamente un montón de kmts. Eramos 5 los que dormimos en Grimaldo.
Video fotográfico de la etapa 15
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